Por Gabriel García Febrero 23, 2024
Durante mucho tiempo, se ha especulado anecdóticamente sobre el impacto de los psicodélicos en la función sexual, pero hasta ahora, la evidencia científica era escasa. Sin embargo, un estudio reciente realizado por investigadores del Centro de Investigación Psicodélica del Imperial College de Londres ha arrojado luz sobre este tema, demostrando que los hongos alucinógenos, el LSD y otros compuestos psicoactivos podrían tener un papel en la mejora de la función sexual, incluso meses después de la experiencia psicodélica.
El objetivo principal del estudio era examinar los efectos de los psicodélicos en la función sexual, así como en las percepciones individuales sobre las relaciones sexuales, la exploración sexual y la espiritualidad. Para ello, casi 300 participantes completaron cuestionarios antes y después de una experiencia psicodélica, revelando mejoras significativas en una variedad de medidas relacionadas con el sexo durante varias semanas después del consumo de las sustancias.
El estudio dividió a los participantes en dos grupos: aquellos que tomaban psicodélicos con fines recreativos, de bienestar o ceremoniales, y aquellos con un cuadro depresivo. En este último grupo, algunos participantes recibieron psilocibina, el compuesto psicoactivo de los hongos alucinógenos, mientras que otros fueron tratados con escitalopram, un antidepresivo comúnmente recetado.
Los resultados fueron reveladores. Las personas que consumieron psilocibina informaron de mejoras significativas en el disfrute del sexo, la excitación sexual, la satisfacción con el sexo, la atracción por la pareja, la propia apariencia física, la comunicación y el sentido de conexión hasta seis meses después de la experiencia. Por otro lado, la mayoría de las personas tratadas con escitalopram experimentaron disminuciones en el funcionamiento sexual.
Es importante destacar que estas mejoras no indican una “hiperexcitación”, sino más bien una transformación en la forma en que las personas perciben y se relacionan con las experiencias sexuales. Los investigadores sugieren que estos hallazgos podrían tener aplicaciones terapéuticas significativas, especialmente en la terapia de pareja o el tratamiento de la depresión, donde la disfunción sexual a menudo es un efecto secundario no deseado de los antidepresivos.
Tommaso Barba, primer autor del estudio, advierte que el consumo de psicodélicos debe estar guiado por profesionales de la salud mental y no debe intentarse la automedicación, especialmente en pacientes con depresión. Aunque los resultados son prometedores, aún se necesita más investigación antes de considerar la aplicación clínica de los psicodélicos en este contexto.
En palabras del director clínico del Centro de Investigación Psicodélica, David Erritzoe, “este estudio arroja aún más luz sobre los efectos de largo alcance de los psicodélicos en una variedad de funciones psicológicas”. Aunque el camino hacia una aplicación clínica clara aún es incierto, estos hallazgos abren la puerta a nuevas posibilidades en el campo de la salud mental y la sexualidad, impulsando la necesidad de continuar investigando los efectos terapéuticos de estas sustancias.
Si vives en España, puedes descubrir más sobre estos potencionales efectos terapéuticos, además de Psicodélicos y Salud Mental de Irene de Caso, te recomendamos Tu Cerebro con Psicodélicos, de Genís Oña, donde aprenderás las claves de los efectos de los psicodélicos, capaces de producir cambios significativos en los procesos de percepción, pensamiento y conciencia. El libro, además, incluye un prólogo escrito por una de las mayores eminencias en este campo, José Carlos Bouso, director científico de ICEERS.
La serie de libros Guías del Psiconauta, ya está disponibles en Amazon en formato físico y en eBook, y en las principales librerías.