Los psicodélicos pueden ayudar a los daños cerebrales según un nuevo estudio

Por Gabriel García Enero 19, 2024

Los psicodélicos son sustancias que alteran la percepción y la conciencia, como el LSD, la psilocibina, el MDMA, el DMT y la ayahuasca. Estas drogas pueden tener efectos beneficiosos para tratar trastornos mentales como la depresión, la ansiedad, el estrés postraumático y las adicciones, pero también pueden tener efectos negativos para el cerebro si se consumen de forma inadecuada o sin supervisión médica.

Según un artículo publicado en la revista ‘New Scientist’, los psicodélicos pueden ayudar a reparar los daños cerebrales causados por el trauma o la lesión, estimulando el crecimiento de nuevas neuronas y sinapsis, y facilitando el aprendizaje de nuevas habilidades. El artículo se basa en estudios realizados en animales y en humanos que han mostrado que estas sustancias pueden activar mecanismos de neuroplasticidad y neurogénesis, es decir, la capacidad del cerebro de cambiar y generar nuevas células.

Pero, ¿cómo pueden los psicodélicos ayudar a los daños cerebrales? Los daños cerebrales son lesiones que afectan al funcionamiento del cerebro, ya sea por causas externas (como traumatismos, accidentes cerebrovasculares o tumores) o internas (como enfermedades degenerativas, infecciosas o autoinmunes). Los daños cerebrales pueden provocar alteraciones cognitivas, emocionales, conductuales y físicas que dificultan la vida diaria de las personas que los sufren.

Los psicodélicos podrían ayudar a los daños cerebrales de varias maneras. Por un lado, se ha demostrado que los psicodélicos tienen efectos neurogénicos, es decir, que estimulan el crecimiento y la diferenciación de nuevas neuronas en el cerebro. Esto podría favorecer la reparación y la plasticidad de las zonas dañadas del cerebro, así como la formación de nuevas conexiones entre ellas. Por otro lado, se ha sugerido que los psicodélicos podrían facilitar la reorganización funcional del cerebro, es decir, que podrían modificar la actividad y la comunicación entre las distintas regiones cerebrales. Esto podría mejorar la adaptación y la compensación de las funciones perdidas o deterioradas por el daño cerebral.

Además de estos efectos biológicos, los psicodélicos podrían ayudar a los daños cerebrales desde una perspectiva psicológica y social. Los psicodélicos podrían aliviar el sufrimiento emocional asociado al daño cerebral, como la depresión, la ansiedad, el aislamiento o la baja autoestima. Los psicodélicos podrían también potenciar el sentido de propósito, el optimismo, la esperanza y la gratitud por la vida. Los psicodélicos podrían asimismo facilitar el apoyo social y la empatía hacia los demás. Todos estos factores podrían contribuir a una mejor recuperación y rehabilitación de las personas con daños cerebrales.

Sin embargo, los psicodélicos también pueden tener efectos adversos para el cerebro si se usan de forma recreativa o sin control médico. Estas drogas pueden provocar alucinaciones, paranoia, ansiedad, pánico, confusión, psicosis y daños neuronales permanentes. Además, los efectos de los psicodélicos dependen mucho del contexto, la personalidad y el estado de ánimo del consumidor, por lo que pueden variar mucho de una persona a otra.

Por eso, es importante que las personas que quieran usar los psicodélicos con fines terapéuticos lo hagan bajo la supervisión de un profesional cualificado y en un entorno seguro y controlado. Así se podrá aprovechar el potencial de estas sustancias para mejorar la salud mental y cerebral sin correr riesgos innecesarios.

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