Por Gabriel García Noviembre 17, 2023
La MDMA, también conocida como éxtasis, es una sustancia psicoactiva que se ha popularizado como droga recreativa por sus efectos estimulantes y entactógenos. Sin embargo, antes de que la MDMA fuera prohibida y estigmatizada, algunos psiquiatras la utilizaron como herramienta para facilitar la psicoterapia, especialmente en casos de trastorno por estrés postraumático (TEPT), ansiedad y depresión.
¿Qué tiene la MDMA que la hace potencialmente terapéutica? Según los estudios realizados con voluntarios sanos, la MDMA produce una serie de efectos psicológicos que pueden favorecer el proceso terapéutico, como:
- Euforia: la MDMA induce un estado de ánimo positivo y optimista, que puede ayudar a los pacientes a afrontar sus problemas con más confianza y esperanza.
- Bienestar emocional: la MDMA reduce el estrés, la angustia y el miedo, y aumenta la autoestima y la autoaceptación. Esto puede facilitar que los pacientes se sientan más cómodos y seguros en la relación terapéutica.
- Extroversión y receptividad social: la MDMA mejora la comunicación verbal y no verbal, y fomenta el interés y la conexión con los demás. Esto puede mejorar la alianza terapéutica y la expresión de las emociones.
- Apertura emocional y empatía: la MDMA favorece la introspección y el acceso a los recuerdos traumáticos, al mismo tiempo que disminuye las defensas psicológicas y el juicio crítico. Esto puede permitir que los pacientes se enfrenten a sus traumas con más comprensión y compasión hacia sí mismos y hacia los demás.
- Menor inhibición al tacto: la MDMA aumenta la sensibilidad sensorial y el deseo de contacto físico. Esto puede ayudar a los pacientes a recuperar el placer corporal y a superar las barreras afectivas.
Estos efectos de la MDMA pueden potenciar el trabajo terapéutico, siempre que se realice en un contexto controlado, con dosis conocidas, supervisión médica y un acompañamiento psicológico adecuado. Así lo han demostrado algunos estudios clínicos realizados en Estados Unidos, Suiza, Inglaterra, Israel y Canadá, que han mostrado resultados prometedores en el tratamiento del TEPT con psicoterapia asistida con MDMA.
En estos estudios, los pacientes recibieron entre una y tres sesiones de psicoterapia con MDMA, intercaladas con sesiones de psicoterapia sin MDMA. Los resultados indicaron que la mayoría de los pacientes experimentaron una mejoría significativa de sus síntomas, que se mantuvo en el tiempo. Además, los efectos adversos fueron mínimos y transitorios, y no se observaron signos de dependencia o abuso de la sustancia.
Estos hallazgos sugieren que la MDMA tiene un gran potencial terapéutico para tratar diversas condiciones psicológicas que no responden bien a los tratamientos convencionales. Sin embargo, todavía hacen falta más investigaciones para confirmar su seguridad y eficacia a largo plazo, así como para establecer los protocolos óptimos para su uso clínico.
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