Por Gabriel García Septiembre 6, 2023
El pasado 31 de agosto, el gobierno portugués anunció una medida histórica: la despenalización del consumo de drogas sintéticas, incluyendo las sustancias psicodélicas como el LSD, el MDMA o la ketamina. Esta decisión se suma a la que ya tomó el país en 2001, cuando dejó de considerar el consumo de drogas como un delito y lo trató como un problema de salud pública.
La medida ha sido aplaudida por muchos sectores que defienden el uso terapéutico y científico de los psicodélicos, que llevan décadas investigando sus potenciales beneficios para la salud mental. Sin embargo, también ha generado controversia y escepticismo entre quienes temen que pueda fomentar el abuso y la adicción a estas sustancias.
¿Qué son los psicodélicos y cómo actúan en el cerebro?
Los psicodélicos son un grupo de sustancias que alteran la percepción, la cognición y el estado de ánimo, provocando experiencias sensoriales intensas y a veces alucinatorias. Su nombre proviene del griego y significa “manifestación de la mente”.
Los psicodélicos actúan principalmente sobre los receptores de serotonina, un neurotransmisor implicado en la regulación del humor, el sueño, el apetito y la memoria. Al estimular estos receptores, los psicodélicos modifican el funcionamiento de diversas redes cerebrales, aumentando la comunicación entre regiones que normalmente están poco conectadas y disminuyendo la actividad del sistema nervioso autónomo, que se encarga de las respuestas involuntarias al estrés.
Los efectos de los psicodélicos dependen de la dosis, el contexto y las expectativas del usuario. A dosis bajas o microdosis, pueden producir un aumento de la creatividad, la concentración, el bienestar y la empatía. A dosis altas o macrodosis, pueden inducir estados alterados de conciencia, con visiones, emociones intensas y sensación de trascendencia o conexión con algo superior.
¿Qué evidencia hay sobre los beneficios terapéuticos de los psicodélicos?
Desde los años 50 hasta los 70 del siglo pasado, se realizaron numerosos estudios sobre los efectos terapéuticos de los psicodélicos, especialmente el LSD, para tratar diversas patologías como la depresión, la ansiedad, el alcoholismo o las fobias. Sin embargo, estos estudios fueron interrumpidos por la prohibición legal de estas sustancias, que se consideraron peligrosas y sin valor médico.
En las últimas décadas, se ha reactivado la investigación sobre los psicodélicos, con resultados prometedores. Algunos ejemplos son:
- La psilocibina, el principio activo de las “setas mágicas”, ha demostrado ser eficaz para reducir los síntomas de la depresión resistente al tratamiento convencional, así como para aliviar la angustia existencial de los pacientes con cáncer terminal.
- El MDMA, conocido popularmente como éxtasis, ha mostrado su potencial para facilitar la terapia del trastorno por estrés postraumático (TEPT), al disminuir el miedo y aumentar la confianza y la apertura emocional.
- El LSD ha sido utilizado para mejorar la calidad de vida de las personas con enfermedades crónicas o terminales, al generar experiencias místicas o espirituales que les ayudan a aceptar su situación y a encontrar un sentido a su existencia.
- La ayahuasca, una bebida sagrada de origen amazónico que contiene DMT, ha sido empleada para tratar la adicción a otras drogas, al provocar una catarsis emocional que permite al usuario enfrentarse a sus conflictos internos y cambiar sus hábitos.
- La ketamina, un anestésico disociativo que también se usa como droga recreativa, ha revelado su capacidad para combatir la depresión severa y el riesgo suicida, al producir un efecto antidepresivo rápido y duradero.
Estos estudios se han realizado con protocolos rigurosos, bajo supervisión médica y en entornos controlados, combinando la administración de los psicodélicos con sesiones de psicoterapia. Los participantes han reportado mejoras significativas en su estado de ánimo, su autoestima, su capacidad de relacionarse y su satisfacción con la vida.
¿Qué riesgos tiene el consumo de psicodélicos?
A pesar de los beneficios potenciales de los psicodélicos, su consumo no está exento de riesgos. Estos riesgos pueden ser de dos tipos: físicos y psicológicos.
Los riesgos físicos son generalmente bajos, ya que los psicodélicos no suelen provocar dependencia, tolerancia ni síndrome de abstinencia. Tampoco suelen causar daños orgánicos ni sobredosis mortales. Sin embargo, pueden interactuar con otros medicamentos o enfermedades, alterar la presión arterial o el ritmo cardíaco, o provocar náuseas, vómitos o mareos.
Los riesgos psicológicos son más elevados, ya que los psicodélicos pueden desencadenar reacciones adversas como ansiedad, pánico, paranoia, confusión o psicosis. Estas reacciones pueden depender de factores como la dosis, el entorno, el estado de ánimo o la personalidad del usuario. También pueden estar influidas por la presencia de trastornos mentales previos o familiares, especialmente los relacionados con la esquizofrenia o el trastorno bipolar.
Para minimizar estos riesgos, se recomienda seguir unas pautas de consumo responsable, como informarse sobre las sustancias y sus efectos, elegir un lugar seguro y cómodo, contar con la compañía de una persona de confianza, respetar las dosis y los tiempos de espera entre tomas, y evitar mezclar los psicodélicos con otras drogas o alcohol.
¿Qué implica la despenalización del consumo de drogas sintéticas en Portugal?
La despenalización del consumo de drogas sintéticas en Portugal supone un paso más en la política de reducción de daños que el país inició hace 20 años. Esta política consiste en no criminalizar a los usuarios de drogas, sino ofrecerles asistencia sanitaria y social para prevenir y tratar los problemas derivados del consumo.
La medida no implica la legalización ni la regulación del mercado de las drogas sintéticas, sino que se limita a eliminar las sanciones penales para los consumidores que posean cantidades inferiores a 10 días de uso personal. Estas cantidades se establecen en función del tipo y la pureza de la sustancia. Por ejemplo, para el LSD se fija un límite de 0,1 gramos y para el MDMA de 1 gramo.
Los consumidores que sean sorprendidos con estas cantidades no serán detenidos ni juzgados, sino derivados a una comisión compuesta por expertos en salud, trabajo social y derecho. Esta comisión evaluará el caso y decidirá si es necesario aplicar alguna medida educativa o terapéutica. Si el consumidor rechaza estas medidas o reincide en el consumo, podrá ser sancionado con multas o trabajos comunitarios.
El objetivo de esta medida es reducir el estigma y la discriminación que sufren los usuarios de drogas sintéticas, facilitar su acceso a los servicios sanitarios y sociales, y fomentar la prevención y la educación sobre los riesgos del consumo. Además, se pretende favorecer la investigación médica y científica sobre los psicodélicos, al eliminar las barreras legales y burocráticas que dificultan su estudio.
¿Qué opinan los expertos sobre la despenalización del consumo de drogas sintéticas en Portugal?
La medida ha sido recibida con opiniones diversas por parte de los expertos en el campo de las drogas y la salud mental. Algunos argumentos a favor son:
- La despenalización respeta el derecho individual a decidir sobre el propio cuerpo y la propia mente, siempre que no se dañe a terceros.
- La despenalización reduce el mercado negro y la violencia asociada al tráfico ilícito de drogas sintéticas.
- La despenalización permite un mayor control sanitario y una mayor calidad de las sustancias que se consumen.
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