Por Gabriel García Julio 27, 2022
LSD son las siglas en inglés de la dietilamida de ácido lisérgico. Se trata de una sustancia psicoactiva, lo que significa que actúa sobre sistema nervioso central. Esto se traduce en un cambio en el comportamiento y la manera en la que se relaciona el consumidor con el mundo a su alrededor.
Estos efectos producen debido a la manera en que la LSD afecta a la actuación de un químico cerebral llamado serotonina. Esta sustancia ayuda a controlar el estado de ánimo, el pensamiento, el comportamiento, y los sentidos.
Tal y como nos cuenta Antón Gómez-Escolar en la Guía Esencial del Renacimiento Psicodélico, originalmente la LSD se usaba como un psicotomimético. Sin embargo, no pasó mucho tiempo hasta descubrir que “tenía un gran potencial terapéutico para ayudar a personas con alcoholismo a superar su adiccion, al igual que a enfermos terminales de cáncer a perder el miedo a la muerte y reconciliarse con sus vidas” (p. 215).
Sin embargo, al igual que otras triptaminas, se ha utilizado con éxito para otro tipo de tratamientos, como el tratamiento de las cefaleas en racimos.
Desde su prohibicion a finales de los 60, asunto del que ya hemos hablado en el blog, su uso visible ha sido eminentemente recreativo o en terapias underground. Ahora, tal y como nos cuenta Antón Gómez-Escolar, vuelve a investigarse clinicamente para el tratamiento de diversos trastornos psicologicos como la depresión, la ansiedad y diversas adicciones. Aunque dada su larga duracion de efectos y menor tendencia a inducir introspeccion, tiene menor interes clinico comparado con la psilocibina.
Pero, ¿cómo actua la LSD en tu cerebro?
Antón Gómez-Escolar nos cuenta como, al igual que otras sustancias, la LSD llega a la sangre a traves del aparato digestivo y desde allí accede al cerebro. Una vez alli, como decíamos anteriormente, “se une a varios receptores serotoninergicos, en particular al receptor de serotonina 5-HT2a, considerado el principal responsable de sus efectos psicodelicos. Tambien se une a otros receptores como 5-HT1a, 5-HT2b, 5-HT2c y 5-HT6, pero sus efectos son menos conocidos.
A diferencia de otros psicodelicos serotoninergicos, la LSD tiene algun efecto sobre los receptores de dopamina y norepinefrina, con una pequena contribucion a la experiencia psicodelica que puede ser algo mas estimulante y energica que la inducida por psilocibina” (p. 217).
Esto, a efectos prácticos, se traduce en sensibilidad emocional: una persona puede oscilar entre la tristeza intensa y la euforia. Los sentimientos de euforia y felicidad tienden a convertirse en muchas personas en una sensación de omnipotencia. Otros efectos son el Aumento o disminución de la ansiedad: en este último caso, la persona puede hablar de temas que suelen ser angustiosos o difíciles de tratar y los miedos suelen centrarse en hechos actuales más que en hechos pasados y futuros. Esto a menudo conduce a un mayor interés en las relaciones personales. En un entorno de psicoterapia, a veces se ha demostrado que aumenta la confianza en la persona que está bajo tratamiento.
Puedes leer mas información sobre el tema en la Guía Esencial del Renacimiento Psicodélico, de Antón Gómez-Escolar. A su vez, te recomendamos Psicodélicos y Salud Mental, de Irene de Caso y Tu Cerebro con Psicodélicos, de Genís Oña, donde aprenderás las claves de los efectos de los psicodélicos, capaces de producir cambios significativos en los procesos de percepción, pensamiento y conciencia. El libro, además, incluye un prólogo escrito por una de las mayores eminencias en este campo, José Carlos Bouso, director científico de ICEERS.
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